Genética y epigenética son dos ramas de la biología íntimamente relacionadas. La primera es bastante más conocida y se encarga de estudiar como los caracteres hereditarios se transmiten entre generaciones. El ADN es la molécula en la que se almacena la información genética a través de un código de 4 letras: A, C, G y T. La combinación de letras no se produce al azar sino de una forma precisa ya que los seres vivos han codificado en estas 4 letras las instrucciones (genes) para sintetizar todas sus proteínas. Este ADN se encuentra en el núcleo de las células asociado a las histonas sobre las que se enrolla el ADN como si de un carrete de hilo se tratara.
Por otro lado la epigenética es un concepto no tan conocido y habitualmente se hace uso de la analogía de la orquesta y la partitura para poder explicarlo. La genética representaría la partitura de una composición musical. En la partitura se encuentra todas las instrucciones para interpretar la pieza musical, esto es, en el genoma humano se encuentra la información (20-25.000 genes) requerida para poder sintetizar todas las proteínas de nuestro organismo.
Por su parte la epigenética sería la interpretación que cada orquesta realiza de esa partitura. En esa interpretación puede que un determinado pasaje de la composición se haga con mayor intensidad o que alguna parte de la composición musical no se interprete. Trasladando esta analogía a la biología significaría que no todos los genes se expresan al mismo nivel en todas las células y que cada una de ellas expresa un conjunto de genes diferente, los necesarios para su función. Por ejemplo, las proteínas que necesita para su actividad una célula de la piel son muy diferentes de las del hígado. La epigenética será la encargada de determinar y establecer qué genes se expresan en cada célula.
¿Y cómo lo hace?
Modificando al ADN o a las histonas mediante la unión de pequeñas moléculas. La modificación epigenética más estudiada es la metilación del ADN, esto es la unión a las letras “C” del ADN de una molécula denominada metilo. Esta unión provoca que los genes no se expresen.
En el embrión la epigenética realiza una función esencial ya que ha de establecer los genes que se han de expresar y en qué momento del desarrollo. Todas las células del embrión tiene la misma información genética heredada de sus padres. Las modificaciones epigenéticas serán las señales para determinar qué genes se expresan en cada célula para que se lleve a cabo un correcto desarrollo embrionario.